En la ciudad de Sevilla, los ciriales son portados por los acólitos, los cuáles van situados delante de los pasos y están dirigidos por el pertiguero. En un principio, los ciriales acompañaban a las insignias y sobre todo a la Cruz. A comienzos del siglo XVII los llevaba la procesión del Santo Entierro y casi todas las procesiones de gloria. Los ciriales cofradieros que vemos en las procesiones sevillanas actualmente, son en su mayoría modernos y algunos riquísimos en su repujada ornamentación, pero siguen en su tipología a los antiguos, cuya estructura tradicional fue establecida desde fines del XVI, de los que se conservan bastantes en las iglesias, pertenecientes a hermandades Sacramentales o de Ánimas, como por ejemplo los de la Hermandad Santa Cruz, que posee unos fechados en 1699 y de estilo claramente barroco, semejantes a otros de la Sacramental del Sagrario.
Ciriales y pertiguero del Cristo del Calvario por el Arco del Postigo de Sevilla
(Fotografía: Serrano)
Algo más avanzados y de estilo rococó son los de San Bernardo, que también proceden de la Sacramental, y llevan el punzón Cárdenas y de la Ciudad de Sevilla. San Roque que tiene otros de la primera mitad del XIX, de estilo neoclásico, aunque la pértiga parece reaprovechada y un siglo anterior, apareciendo en ella la marca de Manuel Guerrero, platero sevillano correspondiente a estas fechas.
