Dentro
de la imaginería del siglo XVII y XVIII en Asturias, destacan dos
escultores: Luis Fernández de la Vega (1601 - 1675), quien según indican
los estudiosos trabajó en su adolescencia en el taller del célebre
Gregorio Fernández, en la ciudad de Valladolid, y el maestro nacido en
Sigüenza, Antonio Borja y Zayas (1660 o 1661-1730), quien había venido al Principado hacia 1680, desde Medina de Rioseco, como oficial de Rozas para trabajar en el retablo de San Pelayo.
En cuanto a Antonio Borja y Zayas tomaremos como punto de partida la temprana obra de Carlos Gónzalez de Posada, Canónigo de Tarragona y Miembro de la Real Academia de la Historia, titulada "Memorias históricas del principado de Asturias y obispado de Oviedo" (1794), en donde se hace referencia a este escultor que desarrolló su carrera artísica en el Principado.
Relieve de Dolorosa de Antonio de Borja
(Desaparecido)