domingo, 18 de octubre de 2015

Del nombre y del origen de las Cofradías




El nombre de Cofradía significa la reunión de varias personas que se comprometen a vivir en asociación, o ayudarse mutuamente en los negocios temporales o espirituales, como hermanos y hermanas; por cuyo motivo suelen distinguirse con este bello título.

Parroquia de San Isidoro el Real

El mismo sentido poco más o menos viene a tener el nombre de Congregación, y los Soberanos Pontífices con frecuencia no hacen en sus favores distinción entre cofradías, congregaciones y asociaciones.


Parroquia de Santa María la Real de La Corte

Se hace remontar el origen de las cofradías, consideradas en general, hasta Numa Pompilio, de quien se dice haber establecido ciertas asociaciones para las artes y los oficios, y que cada cual ofreciese sacrificios a los dioses tutelares que les designara. En los principios del cristianismo vivían los fieles en una caridad recíproca tan grande que no tenían sino un corazón y un alma ni componía, por decirlo así sino una gran cofradía espiritual.

Numa Pompilio (753 a. C. – 674 a. C.) 
Fue el segundo rey de Roma (716 a. C. - 674 a. C.)


Parroquia de San Francisco Javier de La Tenderina

No hallamos en la historia de los primeros siglos que se tratara de establecer, como después se hizo, cofradías especiales. La primera que se menciona es la del Confalon instituida en Roma bajo el pontificado de Clemente IV en 1267. Su objeto era el redimir los cristianos hechos cautivos por los Sarracenos, y como llevaba un estandarte llamado Confalon, este le dió su nombre. En tal enseña se dejaba ver la imagen de María Santísima, a cuya protección estaba puesta: obligábanse sus individuos a confesarse y comulgar, a lo menos tres veces por año; y Clemente IV les concedió cien días de indulgencia por cada vez que lo ejecutasen.


Cruz de Guía de la Cofradía del Silencio y Santa Cruz

Bien presto se formaron otras asociaciones de personas piadosas, proponiéndose las unas ayudarse mutuamente en las prácticas de la penitencia y de la virtud; las otras aliviar a las almas del purgatorio con indulgencias, oraciones, limosnas y diferentes buenas obras; estas el socorrer a los pobres, consolar a los afligidos, asistir a los enfermos, y enterrar los muertos, aquellas el venerar tal o tal misterio de la religión, el promover o conservar la devoción a la Sacratísima Virgen, ángeles o santos, etc.

Los romanos Pontífices creyeron deber dar impulso a tan piadosas reuniones, y las concedieron especiales gracias y privilegios, y sobre todo muchísimas indulgencias.



Texto procedente de:

Tratado dogmático y práctico de las indulgencias, cofradías y jubileo
Jean Baptiste Bouvie
Imprenta y librería de José Sol. Lérida, 1852.



(Fotografía superior: Archicofradía del Santo Entierro. Sábado Santo del 2015. Oviedo)

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