lunes, 4 de abril de 2022

El otro "Señor de Oviedo" de San Juan el Real

 
 

Lo de "Señor de Oviedo" lo digo con algo (o mucha) sorna, porque cuando se copia la denominación al mismo Jesús del Gran Poder (el verdadero "Señor de..." en este y único caso de Sevilla), y lo trasplantamos a Oviedo...las comparaciones son más que odiosas y resultado es nefasto, como ocurre en la Hermandad de Nazareno de la capital asturiana, que desde unos pocos años atrás han acaparado esta denominación a pesar de negar la "sevillanización" más que patente. ¡Cuidado! sólo hablo de cultura cofrade, no de devociones,...pero a nadie se ocurriría hablar, a nivel futbolístico, del "Club Merengue" de tal o cual sitio, porque sólo hay uno y todos sabemos en España cuál es...pero bien, sigamos...



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En la céntrica de Basílica menor de San Juan el Real de Oviedo, con sólo entrar y caminar un poco por el pasillo central podemos contemplar, en el lado del Evangelio, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en la cual, diferentes estudiosos del mundo académico de la Historia del Arte ven similitudes estilísticas con el Nazareno de Santo Domingo (estudiosos de verdad, y no aficionados del tres al cuarto que van de eruditos troncheros por los diarios y folletines de la ciudad).

A nuestra ciudad no le hace falta denominaciones populares copiadas a otras ciudades, y que encima quiénes las copian niegan el hecho, y dicen que son genuinas y "antiquísimas" de Oviedo,  cuando es totalmente falso y no hay constancia documental de esa denominación anterior al conocimiento de la Semana Santa de Sevilla, y a la apropiación en sí, o sea, de "antes de ayer".

Pues bien allí está en su altar, el otro "Señor de Oviedo", con la cruz sobre su hombro izquierdo, cabello natural y vestido con una sencilla túnica morada en la que se lee "INRI", siempre camino del Calvario, recordándonos, al contemplarlo, que entregó su vida para redimir nuestros pecados.
 


 




 

 
 
 
 

 



 
 
 
La peana sobre la que está esta imagen del Nazareno son unas andas procesionales, así lo demuestran los huecos en los que poder introducir los varales, y en las cuatro esquinas hay cuatro portavelas destinados a iluminar el pesado caminar con la Cruz. Sería bonito ver procesionar esta imagen de Cristo por las calles de Oviedo, arropado por el fervor de una cofradía que le rindiera culto durante todo el año, y que tuviera como día grande el de su Estación de Penitencia, durante la Semana de Pasión, hasta la Catedral de San Salvador.

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